viernes, noviembre 24, 2006

La Hipocondría.

¿Será o no será?
Hipocondría: enemigo imaginario

Alguna vez en nuestra vida hemos creído tener una enfermedad. No muchos de nosotros la desarrolla a tal punto de agobiarnos la vida, es decir, “ahogarnos en un vaso de agua”, frase muy usada por familiares de personas que sufren de éste mal que destruye la vida del que la padece.

Antecedentes:

La primera noticia de que tenemos constancia del reconocimiento del trastorno hipocondríaco data del Siglo XVII, de la pluma de Burton (1621). Éste autor destacaba el temor o creencia que el sujeto tenía de padecer las terribles enfermedades de su tiempo (debe hacerse constancia que la hipocondría, en este sentido, tiene un claro condicionamiento social).

Thomas Sydeham médico Londinense estudió en Oxford y fue el más destacado de la medicina inglesa, fue apodado el “Hipócrates Inglés”

El utilizó el término hipocondría para designar a la histeria del varón, formándose posteriormente el grupo sociológico más fundamental que luego tomaría el nombre de neurosis.

El nombre deriva de un supuesto órgano que tenemos en el cuerpo donde antiguamente se creía que se originaba el Hipocondría, la cual es una zona situada en la región superior lateral del abdomen.

¿Qué es la hipocondría?:

Es un trastorno que tiene como característica principal la gran sensibilidad del sistema nervioso para preocuparse, asiduamente, por el estado de salud caracterizada por la simulación de síntomas de una o varias enfermedades. Sin duda es un trastorno psicológico, lo que no se sabe, aún, es por qué llega a desencadenarse; aunque si resulta habitual que sea hereditario, por lo que parece tener alguna relación con el ambiente familiar en el que el individuo se desenvuelve.
Quienes padecen este trastorno tienen miedo a sufrir, o lo que es peor aún, tienen la “certeza” de padecer alguna enfermedad grave, y se lo demuestran a sí mismos con cualquier pequeño síntoma, como puede ser una ligera garraspera o tos, una pequeña herida, una contracción muscular involuntaria o cualquier otra pequeñez, que para ellos ya es razón suficiente de padecer alguna enfermedad grave e incluso mortal.

Consecuencias:

“Me duele la cabeza seguro tengo un tumor y es maligno, dentro de unos días moriré”, “Esta tos me esta matando, el doctor dice que no tengo nada, él no sabe, yo tengo neumonía”, ¿Alguna vez hemos escuchado algo similar? Si tuvieron la oportunidad de oír esto, sin duda están frente a un HIPOCONDRIACO.

Si bien es cierto a todos nos preocupa nuestra salud, y todos alguna vez nos hemos sentido preocupados por ella o por algún síntoma, pero pasadas unas horas o días, o tras una pequeña visita al médico nos sentimos aliviados o simplemente nos olvidamos de él. Pero existen personas sumamente sensibles que cualquier anomalía en su organismo les produce un gran malestar que llega a absorberlos de tal manera que no son capaces de desprenderse de él: los hipocondríacos.

Estas personas que por oír hablar o leer en una revista sobre una enfermedad, aunque se trate de un mal muy poco habitual, creen tener alguno o varios de sus síntomas, están tan alerta y pendientes de su propio organismo, que creen sufrirlas en sus propio cuerpo.

Normalmente esos miedos que les atormentan no suelen tener ningún fundamento real, pero la creencia de que poseen esa enfermedad llega a consumirles, provocándoles tal estado de ansiedad que en ocasiones llega a imposibilitarles una vida normal y más con las personas que los rodean.

El tener hipocondría puede conllevar a crearse enfermedades muy graves como son la depresión, ansiedad y en su mayoría trastornos psicológicos.

Para el psicoanálisis, esta enfermedad se ubica en un posicionamiento estructural al modo de la psicosis.

¿Es lo mismo ser ansioso que hipocondríaco?:

Se diferencia del trastorno ansioso, en que el hipocondríaco lo lleva al campo medico y no es consciente que él puede apacigua esos dolores, lo cual sí tienen las personas que sufren de ansiedad.

Sector con mayor incidencia:

No existen cifras exactas en ningún país, esto debido a que los pacientes no acuden a médicos por esa enfermedad, sino por los síntomas que van sintiendo. Sin embargo, en los Estados Unidos, se conoce que el cuatro y el nueve por ciento de los pacientes que acuden al hospital creen sufrir este mal o tener síntomas.

No es factible afirmar que existen profesiones o países que padecen el mal pero si se ha detectado que las diferencias culturales, con sus diferentes maneras de expresión, pueden ser una razón de expansión de la hipocondría.

¿Por qué se produce?:

Según médicos del Instituto Nacional de Salud Mental Honorio Delgado-Hideyo Noguchi, esta patología psicológica se da en personas que padecen un excesivo miedo a la muerte y a estar enfermos, en vez de prevenir el contagio de posibles enfermedades conflictivas, sufren por si las pueden contraer y se produce el efecto contrario: cambiar la tranquilidad que genera la sensación de control por el desasosiego de no poder controlar el contagio.

Acorde con la versión del jefe de piso del hospital mental, Larco Herrera, Dionisio Iparraguirre, “cabe la posibilidad que estas personas hayan sido sobreprotegidos desde su infancia y no estén listos para enfrentarse a síntomas leves, no toleran el sufrimiento y el miedo a pasarlo mal”.
Este problema, además, se puede originar tras la muerte de algún familiar cercano o tras salir de una enfermedad grave, generando un miedo a volver a contraerla.
Cabe resaltar que los hipocondríacos no suelen ir a un consultorio medico por el temor a que les diagnostiquen un mal maligno o que están a punto de morir y les es difícil aceptar que el problema es psicológico y no físico, como ellos piensan y la depresión que esto los conlleva por no obtener un diagnóstico que los tranquilice.

Riesgos:

“Quien sufre de esta enfermedad pueden correr el riesgo de auto medicarse inclusive contra males graves y ello podría llevarlos a ingerir medicamentos que en lugar de causar un bien pueden empeorarlos e inclusive ser mortales” afirma el especialista en enfermedades psicológicas y miembro del Instituto de Investigaciones Psicológicas y del Comité Editorial de la Revista de Investigación en Psicología, William Montgomery Urday, de la Universidad Peruana Cayetano Heredia.

Los hipocondríacos se auto convencen de tal manera que no permanecen en paz hasta que alguien les recete alguna medicina o tratamiento. Sin embargo actualmente existe un método llamado Terapia Cognitivo Conductual, la cual consiste en exponer al paciente a actitudes subyacentes a la hipocondría como la exageración de dolencias entre otros, y esto por los resultados obtenidos en un análisis, efectuado por científicos estadounidenses, lograría que el paciente sea menos propenso a la ansiedad de sufrir una enfermedad que posiblemente este alojada en la mente de quien la sufre y no en el cuerpo.

Tratamiento:

Como se menciona anteriormente el primer vestigio de esta patología data del siglo XVII, época en la cual no se encontraba ninguna cura para esta enfermedad que al parecer agobiaba de tal manera al “enfermo” que lo llevaba a la locura. Sin embargo pasados los años, se descubrió que esta era generada en la mente de la persona afectada y el objetivo de esta era buscar algún tratamiento “físico” como tratamientos o medicamentos para “aliviar” las dolencias provocadas por la supuesta enfermedad, para pode suplir ello se crearon los llamados PLACEBOS, que consistían en pequeñas pastillas de azúcar que se le recetaban al paciente adjudicando que le aliviaría del mal y que posteriormente lo sanaría.

Sin embargo con el pasar del tiempo y la llegada de la modernidad y la tecnología también se añadió a este mal, además de la ansiedad, el estrés lo cual generó que esta se empeorara aún más y ya casi los placebos no funcionaban, por lo que se agregó la Terapia Cognitiva Conductual.

La colaboración familiar y, más aún, la propia iniciativa del propio paciente, en no acudir a médicos ni a emergencias ante la desesperación que sienten por los síntomas.

Después de desensibilizar la imaginación del paciente ante situaciones temidas y evitadas, el paciente puede entonces comenzar a reinterpretarsus sensaciones corporales y sentir también aquellas que son agradables o neutras y su cuerpo deja de ser una fuente de dolor o temor y se puede convertir en un generador de placer y confianza.
Y, como se menciona en párrafos anteriores, el uso de Placebo (cápsulas de azúcar) sirve para enfrentar momentáneamente el problema por parte del hipocondríaco que busca incansablemente “curarse” a través de la medina tradicional con o sin chequeo médico.

Estadísticas:

Tras el estudio que se realizó en la universidad de Óregon, en los Estados Unidos, se puedo establecer que de una muestra de veinte pacientes, doce recibieron Fluoxetina y se concluyó, por un evaluador independiente, que ocho (66,7%) respondieron favorablemente. Estos resultados no alcanzaron relevancia, por que cuatro de los ocho sujetos que recibieron placebo mejoraron notablemente.
Por ende, los resultados indican que la Hipocondría no es, como se sostuvo, un trastorno reacio al tratamiento. No se puede concluir que, efectivamente, los agentes inhibidores de la receptación de la serotonina sean provechosos en su tratamiento.

Personificando a la hipocondría:


“Cuando las enfermedades son eternas…es porque hipocondría tienes”.

Rosario Martínez, es una saludable mujer de 60 años que desde hace 20 años padece de ésta enfermedad, ella en un principio se autosugestionaba tanto con cualquier mínimo dolor que en de pronto empezó a sentir que su muerte sería muy pronta.
Su esposo Luís Alfaro, nos comenta que se sentía tan mal que lo obligaba a salir a las tres de la mañana para obtener una cita para ser la primera en atenderse en el Seguro Social y poder recibir cualquier medicina que le ayudará con su malestar, aunque en realidad solo bastaba el hecho de que la revisaran y así le den un caramelo se mejoraría de pronto.

Esta situación se agravó más y más, por lo cual don Luís acudió secretamente a solicitar ayuda.

Un psicólogo amigo le informó sobre la Hipocondría que debía ser tratada urgentemente a fin de poner empeorar la salud de su esposa ya que puede acarrear una depresión tan fuerte que conlleve a la muerte.
Fue así como el conversó con ella para hacerle ver que eso no era normal, pero ella en un primer momento se negó.

“Sentía que al aceptar esa enfermedad era como aceptar que estaba loca, que todo lo que sentía era mentira”, así mismo acepté ir a conversar con un especialista, al cual ahora estoy agradecida porque luego de dos años prácticamente he podido controlar esta enfermedad.

En realidad me siento muy tranquila, ya que antes todo me angustiaba, si tenía un dolor muscular, sentía que tenía artrosis, o si me salía algún barrito, creía que era Cáncer a la Piel, y me hacía una gran cantidad de exámenes y análisis para descartar pero a pesar que salían negativos a cualquier enfermedad yo no lo creía, y eso me preocupaba más y más, prácticamente era como un circulo vicioso.

La entrevista:

Lic. Mariela Gutiérrez Clínica San Judas Tadeo/ Manuel Raygada 170, 32 Lima, Perú

Colegio de Psicólogos del Perú - Nº 4565

Teléfono: 97364239

¿Qué es la hipocondría?

La hipocondría se ubica dentro del grupo de trastornos neuróticos, estrés y somatomorfos, clasificación universal por la OMS (Organización Mundial de la Salud) Se encuentra especificado en la CIE-10 que es la Clasificación Internacional de Enfermedades y Problemas Relacionados con la Salud, que se puede asociar también con trastornos mentales y del comportamiento, que desemboca en idea obsesiva en el paciente de la salud versus la enfermedad.
La característica esencial de la hipocondría es la preocupación y el miedo a padecer, Aunque el médico le asegure que no tiene nada, el hipocondríaco solamente se queda tranquilo un rato, pero su preocupación vuelve de nuevo.

¿Por qué se llega a ser hipocondríaco?

La ansiedad, inseguridad, y fobias junto a la interpretación catastrófica de los signos corporales, fiebres, presunto malestar, junto a la característica de ser personas más atentas mentalmente, están mas alertas a cualquier signo aunque sea mínimo el hipocondríaco lo relacionara a la enfermedad, estos son los mecanismos por el que se dispara la hipocondría. Se le relaciona y asocia muy infrecuentemente con la esquizofrenia. No hay que olvidar que el hipocondríaco no está completamente equivocado; padece, justamente, de hipocondría, lo que quiere decir que efectivamente tiene razón: está enfermo.

¿Puede establecerse un perfil de la persona hipocondríaca?

Asociado a la hipocondría suele haber un miedo desmedido a la muerte, al dolor, al sufrimiento, a la debilidad o dependencia de otros. Los pacientes vienen y van buscando nuevas enfermedades, no conformes con el resultado van de medico en medico, de clínica en clínica, en una disyuntiva que no tiene solución, cuando el paciente ha llegado a este comportamiento crónico se le deriva al siquiatra para el manejo de su enfermedad.

¿Es cierto que presentan una mayor sensibilidad frente al dolor y eso les lleva a exagerar sus dolencias?

Es cierto que puede haber miedo al dolor. El miedo hace que busquemos indicios de aquello que tememos, para prepararnos a solucionar lo que se avecina. Eso hace que aquellos que tienen miedo al dolor busquen es su cuerpo cualquier indicio de que puede haber dolor para evitar que llegue a más. Es entonces que se disparan todas las alarmas y aparecen síntomas de angustia y de ansiedad que causan un malestar muy grande y hacen que el dolor se incremente aparentemente. No es que exageren sus dolencias, al añadirles ansiedad y angustia se hacen realmente peores y más insoportables.

¿Estas personas suelen pasar por períodos de mucha angustia debido a que se sienten incomprendidos?

La persona que padece de hipocondría se siente muy incomprendido, nadie es capaz de detectar su enfermedad. Como piensa, naturalmente necesita que encuentren su enfermedad para poder solucionarla, no solamente se angustia, sino que se deprime creyendo que lo que le pasa no tiene solución. El hipocondríaco sufre mucho, se cree enfermo y tiene sensaciones reales que se lo indican y lo único que recibe son palabras que le dicen que no tiene nada y que "todo es psicológico".

¿Cómo se llega al diagnóstico? ¿Son necesarias pruebas exploratorias para descartar posibles problemas físicos?

Hay que asegurara que no tienen ninguna enfermedad física. Una vez que se ha descartado, si el paciente sigue con angustia, preocupación y dudas acerca de su estado de salud, es conveniente estudiar la posibilidad de un trastorno psicológico con exhaustivas baterías de pruebas psicológicas.

¿En que consiste el tratamiento para el hipocondríaco?

Cuando un paciente es hipocondríaco y acepta el tratamiento. Se definen los objetivos de la terapia, que son que pierda la angustia y el miedo a la enfermedad que teme.
Primero se plantean una serie de tareas. Se le pide que no acuda a más médicos, que no hable de salud ni de enfermedad. Debe asumir que tiene un problema real Una vez que se ha establecido este marco fuera de la consulta comienza el tratamiento psicológico.
Luego de la evaluación el siquiatra le diagnosticará psicofármacos al principio del tratamiento, se usarán ansiolíticos y antidepresivos.

Fuentes:

http://www.esmas.com/salud/enfermedades/mentales/384878.html

http://www.cop.es/colegiados/m-00451/Hipocondria.htm

http://www.mipunto.com/temas/3er_trimestre03/hipocondriacos.html (fotos)

Lic. Mariela Gutiérrez Clínica San Judas Tadeo

domingo, noviembre 12, 2006

Cementerio El Ángel (CRÓNICA).

Directo al cementerio


La más grande necrópolis de Lima de más de 47 años de existencia. Aglomera alrededor de nichos y la cantidad va en aumento con las nuevas edificaciones que se construyen. Alberga familias de distintas clases sociales los cuales, sin “aires de grandeza”, el Día de Los Muertos y de los Santos, todos los primeros de noviembre, acuden a visitar a sus familiares que dejaron de existir y sus restos yacen en este recinto. Ha dejado de ser un día de gloria y de reencuentro a pasar a ser una fecha de comercio ambulatorio, comida al paso y los más inusuales objetos que no va acorde con el lugar ni el día: CDS, cremas, juguetes etcétera.

La llegada se hace más rápida gracias a la Vía Expresa que se construyó en la avenida Grau. Al llegar, la aglomeración de gente que invade las pistas cuatro cuadras a la redonda de las instalaciones del camposanto es lo primero que se percibe.

Las calles llenas de flores. No precisamente sembrados en jardines, sino puestos en baldes llenos de agua que pretenden dar vida y color a este día, que, por lo contrario, producen más desorden y mal olor. Las personas deben soportar el incandescente sol y, como si no fuera poco, los gritos desesperantes de los vendedores de flores que sólo les falta llevar sirena. Dan un contexto de guerra: quien grita más fuerte parece significar, es quien vende más flores.

Sólo atiné a seguir la ruta de la gente sin prestar atención a los vendedores. Era difícil evitar escuchar los alaridos que daban. De pronto, cuando quise saber en qué parte del cementerio estaba, “desperté” en medio de la multitud, entre personas que iban y venían sin destino aparente.

Estuve consternado al no saber a dónde ir y pregunté a un niño de aproximadamente doce años. De cabello erizado, con ropa sucia y cogiendo un cordel con camisetas de equipos internacionales de fútbol como el de Boca Junior, River Plate, Arsenal, Milán, entre otros.
Me acerqué a él porque, en ese momento, era el único vendedor que no hacía bulla y tenía la cara de asustado que, quizá, yo la tenía también por encontrarme en la puerta trasera del cementerio. Estaba lejos de la puerta principal. Y volví a seguir a la ruta de la gente pero esta vez decidí “perderme” por mi solo hasta que, mi punto de llegada: la puerta principal, apareciera ante mis ojos.

A la izquierda. De frente. A la derecha. Otra vez a la izquierda. Sigo de frente. No tenía ni la mínima idea de dónde me encontraba. Creo que nunca lo sabré.

****

A pesar de las instrucciones de no llevar nada de valor, hice caso omiso con mi celular. Lo tenía escondido en el bolsillo secreto de mi casaca que llevaba puesto. Mala suerte la mía que ese día el sol hizo su trabajo con mucho ahínco. Me sentía como un tamal dentro de la olla a vapor como aquellos que vi en la entrada del cementerio.

En un determinado momento, como a las diez de la mañana, mi mamá, que un día después iba a llegar de viaje procedente de Bolivia para visitar a nuestros abuelos, me llamó diciendo que quería que le lleve flores a un primo que fue enterrado ahí: Milco Blas León, un policía de la Dirección Nacional de Investigación Criminal (DININCRI) de un metro ochenta y cinco centímetros de altura aproximadamente que cayó muerto en su faena. Sabía que él fue enterrado ahí, pero no sabía el nombre del pabellón, ni el piso.

¡A buscar se ha dicho! Total, ya le había confirmado a mi madre que lo iba a hacer en cuanto lo encontrara. “Dominico se llama el pabellón que está Milco” me indicó.
Treinta minutos después y aún estaba en la búsqueda. ¿Dónde está la calle Dominico? Le pregunte, agotado y sediento, a un joven que cargaba una escalera parada en sus hombros y sudaba más que yo. “Será pabellón. Y es Santo Domenico” me explicó señalándome a mi derecha, a siete pabellones.

Caminé hacia donde me había dirigido, dudando si me había dicho la verdad o quizá él tampoco conocía. Miré hacia arriba. “Santo Domenico” leí mostrando un gesto de satisfacción. Por fin había llegado. Ahora a buscar el nicho de Milco. Uno por uno, nicho por nicho.
Ciento treinta nichos, ciento treinta posibilidades de encontrar el de mi primo en el edificio, de uno de los lados. Por el otro, otras ciento treinta opciones. En total doscientos sesenta alternativas. Afortunadamente no tuve que leer todos los nombres de los difuntos, me bastó leer las seis primeras filas. Lo hallé. No tenía flores. Ésa era mi misión: dar vida a la bóveda a nombre de mi madre. La tía que le había criado desde los dieciséis años de edad.

****

Debió haber más de cinco mil personas en todo el recinto. Caminaban despistados. Algunos sentados comiendo Pachamanca (plato típico de la sierra peruana) o Arroz con Pollo, Causa u otros platillos que, con solo ver u oler, abren el apetito a los visitantes. Los provisorios restaurantes que ocupaban grandes espacios y que impedían el paso de los transeúntes, eran el lugar idóneo para disfrutar de un momento familiar bajo sombra.
Llegaban en familias: mamá, papá y dos hijos. Pedían cinco platos, uno para el difunto, siguiendo las costumbres ancestrales de la sierra.

El desorden me produce claustrofobia. No hay nada que hacer. Supuse que todos los años, los primeros de noviembre eran así. No estaba equivocado, lo supe al día siguiente cuando le pregunté a mi madre quien visitaba a su “hijo” desde hace cinco años cada vez que venía de viaje.

No había marcha atrás. Tenía que soportar el sol y caminar por las instalaciones del cementerio para ver cómo festejaban las diferentes familias este día para recordar a los seres queridos. Los niños que vendían “agüita”, como ellos lo promocionaban, a treinta céntimos. Las botellas de plástico de gaseosas caían como anillo al dedo. Al cabo de unos minutos, estaba exhausto.

Me senté en un banco de cemento a las afueras de El Ángel. Veía a una hombre solo, al cabo de unos minutos, se encontraba con, posiblemente, su hermana, luego llegaba su madre con su padre. Se habían vuelto a reunir, no sé después de qué tiempo, pero fue un emotivo reencuentro. Abrazos y besos. Partieron a la fosa donde, seguramente, estába un familiar.

En mi paseo, un día después de La Canción Criolla, un grupo de
improvisados Mariachis de fisonomía serrana, con trompeta y
acordeón en mano, contratados por una familia para “agasajar” a su muerto, tocaba música mexicana la cual se confundía con el Huaylas que era tocado por uno de los tantos grupos musicales que se hallaba cerca. La gente rodea a los artistas, con una sonrisa en la boca y palmas. Crean un concierto al aire libre con dos tipos de cánticos que los espectadores escogen cuál les gusta más.

Individuos que aparentemente no vendían aquellos productos que mostraban. Exaltaban las ventajas de sus ungüentos para el calambre, el acné, las manchas por el sol o el embarazo. Piden a un voluntario que por lo general es un niño para revelar los beneficios y “demostrar” que la crema sí funciona y que sí vale la pena pagar esos “diez soles, no. Cinco tampoco. A solo tres soles, damas y caballeros…”, resaltaba como dando una noticia de importancia mundial el vendedor.
El “chunchito” como todos los llamaban haciendo referencia a un selvático “típico”. Éste tenía rasgos de la sierra, lo supe cuando empezó a hablar en Quechua y Aymará.
Crema de culebra ofrecía, “para los calambres y el reumatismo”, indicaba.

Los anticuchos, picarones, el ceviche y el plato “siete colores” que comprendía de chanfainita, tallarines verdes o rojos, por doquier, salían como “pan caliente”. Ningún puesto de comida estaba libre. No corrían la misma suerte los vendedores de zapatos usados, CDS, cerámicas, gorras, lentes de sol, bolsos y hasta semillas para desparasitar a los niños, entre otras cosas más.

Las técnicas que vacunaban contra la Sarampión y la Rubéola, siguiendo la campaña de salud que el Jefe de estado Alan García Pérez había aperturado, no estuvieron ausente. Éste era un día donde mucha gente, quizá aún no vacunadas, iban a llegar.
Tenían que “incentivar a las personas a que se vacunen”, me afirmó la mujer con una mirada de duda. Y, ¿Qué pasa con las personas que no quieren vacunarse?,atiné a preguntarle.“Por eso hay que tener don de convencimiento”, me respondió. Hasta que llegó la pregunta indeseada por mí: ¿tú ya te has vacunado? - “Sí, hace varios días, cuando empezó la campaña todavía”, alegué - ¿ tu tarjeta? – “estoy trabajando, hago un reportaje. No lo traje”. Me había convertido en un mentiroso, no me había vacunado y no pensaba hacerlo. Una de sus ayudantes, le avisó que había otro grupo de técnicas que estaban vacunando muy cerca de ellas. La mujer se paró y no sé cuánto se habrá demorado. Yo había huido a la probabilidad de ser vacunado.

****

Por un momento pensé que hoy la muerte había tomado un día de descanso. No vi un solo entierro. Luego me enteré por una llamada que hice dos días después de mi visita a la Dirección del cementerio El Ángel, que éste había sido el primer año que se tomó la iniciativa de no aceptar entierro alguno. Pero, ¿hay espacio para uno más?, si, si lo hay. A pesar de que las fosas estén en el último piso(de arriba hacia abajo) y en el pabellón más oculto.

Tres de la tarde. Y debía volver al nicho de mi primo para poner las flores que me habían encomendado. Una vez más me perdí entre la gente. Quince minutos después, sin saber cómo había llegado, me encontré frente al pabellón donde estaba Milco.
Alguien me había ganado. Había flores. Esperé a ver si esa persona o personas regresaban para hablar con ellos, al fin y al cabo, eran familiares míos. Apoyado en una pared justo al frente de la tumba de mi primo, esperé y esperé. Nadie llegaba y me fui embargado por el hambre. Fui tentado por la comida que parecía que me llamaban a gritos a que los pruebe. Casi me hago presa por la imagen de las personas que degustaban esos “manjares”. Sólo atiné a caminar más de prisa. Tomé un taxi y errumbé a mi casa donde me esperaba un plato de Ají de Gallina.

viernes, noviembre 10, 2006

MEMORIAS DE UN TRISTE PERRO


Este mensaje me llegó a mi correo hace algunos días. Me solicitaron que lo difunda a través de este blog. Después de terminar de leerlo me sentí en la obligación de darle a conocer, quizás contribuya a sensibilizar, aunque sea a una persona, a la buena crianza de nuestros cachorros, que son considerados "el amigo del hombre". Abajo la memoria de un perro:Semana 1:Hoy cumplí una semana de nacido, ¡Qué alegría haber llegado a este mundo!

Mes 01:Mi mamá me cuida muy bien. Es una mamá ejemplar.

Mes 02:Hoy me separaron de mi mamá. Ella estaba muy inquieta, y con sus ojos me dijo adiós. Esperando que mi nueva "familia humana" me cuidara tan bien como ella lo había hecho.Mes

04:He crecido rápido; todo me llama la atención. Hay varios niños en la casa que para mí son como "hermanitos". Somos muy inquietos, ellos me jalan la cola y yo les muerdo jugando.
Mes 05:Hoy me regañaron. Mi ama se molestó porque me hice "pipí" adentro de la casa; pero nunca me habían dicho dónde debo hacerlo. Además duermo en la recámara... ¡y ya no me aguantaba!

Mes 06:Soy un perro feliz. Tengo el calor de un hogar; me siento tan seguro, tan protegido. Creo que mi familia humana me quiere y me consiente mucho. Cuando están comiendo me convidan. El patio es para mi solito y me doy vuelo escarbando como mis antepasados los lobos, cuando esconden la comida. Nunca me educan. Ha de estar bien todo lo que hago.

Mes 12:Hoy cumplí un año. Soy un perro adulto. Mis amos dicen que crecí más de lo que ellos pensaban. Que orgullosos se deben de sentir de mí.

Mes 13:Qué mal me sentí hoy. "Mi hermanito" me quitó la pelota. Yo nunca agarro sus juguetes. Así que se la quité. Pero mis mandíbulas se han hecho muy fuertes, así que lo lastimé sin querer. Después del susto, me encadenaron casi sin poderme mover al rayo del sol. Dicen que van a tenerme en observación y que soy ingrato. No entiendo nada de lo que pasa.

Mes 15:Ya nada es igual... vivo en la azotea. Me siento muy solo, mi familia ya no me quiere. A veces se les olvida que tengo hambre y sed. Cuando llueve no tengo techo que me cobije.
Mes 16:Hoy me bajaron de la azotea. De seguro mi familia me perdonó y me puse tan contento que daba saltos de gusto. Mi rabo parecía reguilete. Encima de eso, me van a llevar con ellos de paseo. Nos enfilamos hacia la carretera y de repente se pararon. Abrieron la puerta y yo me bajé feliz creyendo que haríamos nuestro "día de campo". No comprendo por qué cerraron la puerta y se fueron. "¡Oigan, esperen!" Se... se olvidan de mí. Corrí detrás del coche con todas mis fuerzas. Mi angustia crecía al darme cuenta, que casi me desvanecía y ellos no se detenían: me habían olvidado.

Mes 17:He tratado en vano de buscar el camino de regreso a casa. Me siento y estoy perdido. En mi sendero hay gente de buen corazón que me ve con tristeza y me da algo de comer. Yo les agradezco con mi mirada y desde el fondo con mi alma. Yo quisiera que me adoptaran y seria leal como ninguno. Pero solo dicen "pobre perrito", se ha de haber perdido.

Mes 18:El otro día pasé por una escuela y vi a muchos niños y jóvenes como mis "hermanitos". Me acerqué, y un grupo de ellos, riéndose, me lanzó una lluvia de piedras "a ver quien tenia mejor puntería". Una de esas piedras me lastimó el ojo y desde entonces ya no veo con él.

Mes 19:Parece mentira, cuando estaba más bonito se compadecían más de mí. Ya estoy muy flaco; mi aspecto ha cambiado. Perdí mi ojo y la gente más bien me saca a escobazos cuando pretendo echarme en una pequeña sombra.

Mes 20:Casi no puedo moverme. Hoy al tratar de cruzar la calle por donde pasan los coches, uno me arrolló. Según yo estaba en un lugar seguro llamado "cuneta", pero nunca olvidaré la mirada de satisfacción del conductor, que hasta se ladeó con tal de centrarme. Ojalá me hubiera matado, pero solo me dislocó la cadera. El dolor es terrible, mis patas traseras no me responden y con dificultades me arrastré hacia un poco de hierba a ladera del camino.

Mes 21:Tengo 10 días bajo el sol, la lluvia, el frío, sin comer. Ya no me puedo mover. El dolor es insoportable. Me siento muy mal; quedé en un lugar húmedo y parece que hasta mi pelo se está cayendo. Alguna gente pasa y ni me ve; otras dicen: "No te acerques" Ya casi estoy inconsciente; pero alguna fuerza extraña me hizo abrir los ojos. La dulzura de su voz me hizo reaccionar. "Pobre perrito, mira como te han dejado", decía... junto a ella venía un señor de bata blanca, empezó a tocarme y dijo: "Lo siento señora, pero este perro ya no tiene remedio, es mejor que deje de sufrir." A la gentil dama se le salieron las lágrimas y asintió. Como pude, moví el rabo y la miré agradeciéndole me ayudara a descansar. Solo sentí el piquete de la inyección y me dormí para siempre pensando en por qué tuve que nacer si nadie me quería. La solución no es echar un perro a la calle, sino educarlo. No conviertas en problema una grata compañía. Ayuda a abrir conciencia y así poder acabar con el problema de los perros callejeros. FIN

fuente: http://cronicasyrelatos.blogspot.com/ de Taylor de la Cruz

domingo, octubre 08, 2006

Còmo ser diputado (ironía).

mi sueño más anhelado: pertener a la política


SEÑORES: Aspiro a ser diputado, porque aspiro a robar en grande y a 'acomodarme' mejor. Mi finalidad no es salvar al país de la ruina en la que lo han hundido las anteriores administraciones de compinches sinvergüenzas; no señores, no es ese mi elemental propósito, sino que, íntima y ardorosamente, deseo contribuir al saqueo con que se vacían las arcas del Estado, aspiración noble que ustedes tienen que comprender es la más intensa y efectiva que guarda el corazón de todo hombre que se presenta a candidato a diputado. Robar no es fácil, señores. Para robar se necesitan determinadas condiciones que creo no tienen mis rivales. Ante todo, se necesita ser un cínico perfecto, y yo lo soy, no lo duden señores. En segundo término, se necesita ser un traidor, y yo también lo soy, señores. Saber venderse oportunamente, no desvergonzadamente, sino "evolutivamente". Me permito el lujo de inventar el término que será un sustitutivo de traición, sobre todo necesario en estos tiempos en que vender el país al mejor postor es un trabajo arduo e ímprobo, porque tengo entendido, caballeros, que nuestra posición, es decir, la posición del país no encuentra postor ni por un plato de lentejas, créanlo..., prefiero ser honrado.

Abarquen la magnitud de mi sacrificio y se darán cuenta de que soy un perfecto candidato a diputado. Cierto es que quiero robar, pero ¿quién no quiere robar? Díganme ustedes quién es el desfachatado que en estos momentos de confusión no quiere robar. Si ese hombre honrado existe, yo me dejo crucificar. Mis camaradas también quieren robar, es cierto, pero no saben robar. Venderán al país por una bicoca, y eso es injusto. Yo venderé a mi patria, pero bien vendida. Ustedes saben que las arcas del Estado están enjutas, es decir, que no tienen un mal cobre para satisfacer la deuda externa; pues bien, yo remataré al país en cien mensualidades, de Ushuaia hasta el Chaco boliviano, y no sólo traficaré al Estado, sino que me acomodaré con comerciantes, con falsificadores de alimentos, con concesionarios; adquiriré armas inofensivas para el Estado, lo cual es un medio más eficaz de evitar la guerra que teniendo armas de ofensiva efectiva, le regatearé el pienso al caballo del comisario y el bodrio al habitante de la cárcel, y carteles, impuestos a las moscas y a los perros, ladrillos y adoquines... ¡Lo que no robaré yo, señores! ¿Qué es lo que no robaré?, díganme ustedes. Y si ustedes son capaces de enumerarme una sola materia en la cual yo no sea capaz de robar, renuncio ipsofacto a mi candidatura... Piénsenlo aunque sea un minuto, señores ciudadanos. Piénsenlo. Yo he robado. Soy un ladrón, y si ustedes no creen en mi palabra, vayan al Departamento de Policía y consulten mi prontuario. Verán que performance tengo.

He sido detenido en averiguación de antecedentes como treinta veces; por portación de armas -que no tenía- otras tantas, luego me regeneré y desempeñé la tarea de grupí, rematador, falluto, corredor, peguero, extorsionista, encubridor, agente de investigaciones, ayudante de peguero porque me exoneraron de investigaciones; fui luego agente judicial, presidente de comité parroquial, convencional, he vendido quinielas, he sido, a veces, padre de pobre y madre de huérfanas, tuve comercio y quebré, fui acusado de incendio intencional de otro bolichito que tuve... Señores, si no me creen, vayan al Departamento... verán ustedes que yo soy el único entre todos esos hipócritas que quieren salvar al país, absolutamente el único que puede rematar la última pulgada de tierra argentina... Incluso, me propongo vender el Congreso e instalar un conventillo o casa de departamentos en el Palacio de Justicia, porque si yo ando en libertad es que no hay justicia; señores..." Con este discurso, lo matan o lo eligen presidente de la República. (*) Roberto Arlt nació en Buenos Aires, en el barrio de Flores, el 2 de abril de 1900. A los ocho años ya escribió sus primeros relatos. En 1924 comenzó a trabajar como secretario de Ricardo Güiraldes y a publicar en la revista Proa que éste dirigía. Por entonces comenzaba también; a escribir para los diarios Crítica y El mundo.

Sus columnas diarias Aguafuertes Porteñas aparecieron de 1928 a 1935 y fueron después recopiladas en el libro del mismo nombre convirtiéndose con el tiempo en uno de los clásicos de la literatura argentina. Publicó El juguete rabioso, su primera novela, en 1926. Luego Los siete locos (1932) y su continuación Los Lanzallamas (1937), ambas son un examen desesperado sobre la desorientación que provocó la I Guerra Mundial. Se divertía contando de sus amistades con rufianes, falsificadores y pistoleros, de los que saldrían muchos de sus personajes. Murió en Buenos Aires el 26 de julio de 1942.

Las quintas (Perodismo narrativo)

SE VA, PERO SIEMPRE VUELVE

Nadie sabe, ni se imagina, a dónde sale Emiliano Sánchez Quiroga todos los días, sin descanso, de lunes a domingo. Nadie, ni sus cuatro hermanos que viven con él en la quinta “Virgen de Fátima” en la victoria. Para muchos, se va a trabajar como obrero por todos los distritos de lima buscando alguna “chambita”. Para otros tiene una familia y solo regresa ahí para ver a sus hermanitos quienes no pasan de los siete años de edad.

A sus 23 años enfrenta a la vida como todo un buen padre de familia con cuatro “hijos”. Se levanta a las seis de la mañana. Con el desayuno preparado para sus hermanos, se va, según él, a trabajar.
Con el rostro aún con sueño, como si hubiera estado en una fiesta la noche anterior. Y con la misma ropa de hace ocho días, prende la radio para enterarse si hay alguna huelga en el centro de lima para integrarse y buscar el almuerzo de él y sus hermanos. Pero cuando no hay huelga tiene que recurrir a su ·”trabajo” rutinario que no es tan de su agrado.
A sus cuatro hermanos les da de comer una vecina, con los 5 soles que deja para su almuerzo y quizá la cena, y, en algunas oportunidades, el desayuno del día siguiente. “Por si me pasa algo”- dice precaviendo un futuro nada favorable.

No tiene descanso, ni feriados, ni el día de las votaciones descansó. “Ese día hubo más chamba” y un gesto de auto-reproche invadió su rostro. Para él, los domingos son sus días más remunerados: mucha gente y familias anda con sus hijos por las calles despistados mirando el jirón de la unión o las catedrales. Así pasan sus días en lima: al acecho de un “cachuelo”.

Ha estado solo una vez en la comisaría por hurto pero no ha pasado una sola noche detenido porque: “en las carteras o en las billeteras solo hay objetos sin valor, o sino, veinte soles y unas moneditas”, afirma como si estuviera en trance o con ira porque:”ya no es como antes” recalca Fernando “en que la gente sacaban sus mejores joyas, ropas y cosas los domingos”
Llega un punto en que se cansa de la capital para ir en busca de otros lugares. Es ahí cuando se inicia esa incógnita a dónde irá. No saben que se dedica a ser dueño de lo ajeno, a “pedir prestado” sin avisar al verdadero dueño. Pero si que sale muy temprano con una sola intención: traer dinero para alimentar a sus hermanos a los cuales cuida como el tesoro más preciado.

Se va hasta
Ica, cerca al terminal de buses para ver “si pasa algo” para luego ir a las ferias. Ica no es el único destino que conoce, se va a distintos puntos cercanos a la capital para no sentirse tan lejos de sus hermanos que lo esperan sin saber que tiene que robar para darles de comer. Ellos creen que trabaja como agente de seguridad en una compañía y que, a veces, le pide que vaya con ellos a distintas ciudades como una comisión y eso significa, para ellos: tener más dinero para comprar ropa, frazadas, juguetes y sobre todo, comida.

El Cabello que anuncia a simple vista su vida pasada en el cuartel “Fuerte Hoyos” en el
Rimac
, y, que dibuja la forma de su cráneo tal cual es. De tez trigueña y ojos cansados por las trasnochadas en la espera de un “cliente”, como él los llama. Y de piernas alargadas como un don de la naturaleza para ganar en competencias de carreras y, sobre todo, poseedor de artimañas para no ser descubierto por sus victimas.

La quinta cuenta con dos salidas, una, la principal, da a la avenida Antonio Raymondi y la otra a García Naranjo. La primera tiene como vista al centro comercial “Polvos Azules” la cual, cuando este llegó, ya hace mas de 5 años, cambió la vida de todos sus residentes dando más movimiento vehicular y concurrencia de gente que van a comprar a las tiendas aledañas.

Y la otra salida, la mas concurrida de noche por la larga fila de mujeres “al paso” que calientan las noches con sus diminutas prendas coloridas y que con tan solo veinte soles cualquier “perdedor en el amor” puede dar rienda suelta a sus mas bajos instintos carnales quienes, luego de el trueque, pasan a manos “ágiles”, pero que, en muchos casos, ya no encuentran nada porque solo llevan lo necesario. “Pucha, ahí puedes cambiar de aceite todos los días por veinte o treinta luquitas y, de ahí, esos patas pasan a manos nuestras, pe” afirma Emi, como le gusta que le llamen, dando un silbido llamando a sus amigos de quinta para comer una salchipapa en la carretilla “La tía Nachita”.

La quinta Virgen de Fátima, tiene en su interior una escalera que lleva hasta el segundo piso. En medio esta la “Virgen de Fátima” como patrona y cuidadora. Llena de flores casi marchitadas que solo las cambian dos veces a la semana. Esa es función de doña Marcela, una morena muy devota de la virgen porque, según ella, le hizo un milagrito: la curó del cáncer de mamas. Pero, no solo ella le rinde homenaje poniéndole flores. Ella decora con flores la imagen, la cual ha sido victima del paso de los años con la sola intención que se vea más agradable como agradecimiento.

Al subir, un crujido que parece venir del estomago en momentos de hambre, hace temblar el piso de madera casi astillada y comida por las tantas polillas del lugar. Ya sin pasamanos, la escalera resiste el paso de más de ciento cincuenta años de inauguración la cual ha visto nacer a muchos nuevos “inquilinos” y morir a otros. Y aún se puede usar, a pesar que, en las esquinas tiene un aspecto verdoso por la humedad.


Al entrar a la quinta, lo primero que sobresalta a la vista es la ausencia de colores. El verde no existe ahí. No hay plantas, sino, ropas colgados de cordeles de distintos tamaños. No se sabe si todos pertenecen a un mismo dueño o a la comunidad ni si entre no hay peleas por el cordel o por el clásico tema: las ropas perdidas.

Emilianoy sus cuatro hermanos comparten el caño y el baño con otras 13 familias más. El baño solo se limpia los sábados por que nadie “tiene tiempo” para hacerlo y permanece sucio y un olor que espanta a visitantes y atrae a las moscas.

Los sábados son sagrados y maldecidos porque en este día es cuando hay mas gente en la quinta y menos lugar para lavar la ropa, y por esta razón, es que los vecinos se han puesto de acuerdo en usar el caño. Los lunes le toca a la familia Figueroa de nueve de la mañana hasta el mediodía y luego, a la familia Saavedra de las doce a las tres de la tarde y así sucesivamente. Sin embargo, no hay día en que le toque a la familia Sánchez ya que no hay mujer que los atienda. La única mujer recién tiene cuatro años y solo pasa los días con los juguetes de sus hermanos varones. El consumo de agua y luz corredor cuanta de toda la quinta que se reparte equitativamente entre los vecinos.

Son sagrados porque nunca falta las polladas: clásica actividad para recaudar fondos con el pretexto de una enfermedad pero, por arte de magia, la supuesta enferma, a la medianoche, esta bailando y tomando hartas cervezas brindando con sus vecinos de la quinta y otras aledañas.

Es aquí cuando aquellas riñas entre vecinos por dejar el caño abierto, por dejar el baño sucio o por usar mucha agua se olvidan. Con el alto volumen de la música chicha. Discos de Dina Paùcar, Sonia morales, entre otras hacen las fiestas sin dejar dormir a los que al día siguiente tiene que trabajar muy temprano obligándolos a ser parte de la pollada bailable.

A pesar que esta quinta es tomada como patrimonio cultural de la nación según el instituto nacional de cultura (INC) y que pertenece, según
http://www.editoraperu.com, a “quintas de obreros”, promovido desde inicios del siglo XX por las sociedades de beneficencia pública de varias ciudades del país, esta en un “buen estado de conservación” - afirmó Luis Guillermo Lumbreras Salcedo, director del Insituto Nacional de Cultura (INC).

Además, esta quinta es contemporánea con las primera quintas La Riva y los huérfanos de los años 1850. Más antiguas, aún, son las del centro de lima, durante las décadas de 1920 y 1930; de igual manera, en 1925, en el callao, se concebido a escala urbana el barrio obrero Leguía 1927 es otro buen ejemplo, por remembrar una serie de innovaciones en el aspecto urbano después de las constantes inmigraciones de las distintas provincias del Perú.

Todos saben cuando es el cumpleaños de un vecino y qué mejor excusa para reunirse en familia, ya que “todos somos una familia” menciona Rosa Espinoza, una señora de 78 años de edad, con una joroba en la espalda que refleja el trabajo arduo diario e incansable que realizo cuando era joven. “no había día en que no trabajaba” .es ella la que se encarga de “corregir” a los muchachos malcriados que, hace como 10 años, le decían: tía, ahora le dicen: abuela. Con palo en mano sigue a Fernando cada vez que llega un poco pasado de copas o cuando regresa después de tres días.

Aun sin terminar la secundaria y sus hermanos sin pisar una escuela, esperan el día en que consigan un trabajo que les pueda alcanzar para “esas cosas vanas” como las llama Juan Carlos, el hermano menor siguiente de Emiliano quien ha dejado de estudiar para dedicarse a cuidar a sus hermanos menores cuando está fuera de lima ”trabajando”.

En este contexto viven él y sus hermanos. No persiguen un mejor futuro tan solo la supervivencia dándole más peso a la alimentación y no al estudio como lo afirma el mismo Emiliano en un momento de melancolía por el recuerdo de sus padres y la “exagerada” falta de su ayuda y amor que necesitan.

viernes, octubre 06, 2006

el himno nacional (opinión)

Se dice que es uno de las más entonados y armoniosos himnos del mundo. Nada más lejano a el, pero en sus letras se vierte un sinfín de humillaciones, los cuales, para mi, fue una faceta de largo tiempo que pasó el PERÚ en épocas muy remotas. La no coincidencia de la letra con la realidad de nuestros días hace que la falta de nacionalismo embargue el amor por la patria.

Como todos sabemos, países "desarrollados" en el tema ideológico,político, social y económico, pero que, por contraste, son los más "abusivos del mundo" y se valen de su poderío militar para intimidar a los demás países y reciben como "premio" ataques, según ellos, terroristas. Con esto no justifico el ataque del 11 de septiembre, pero cada quien cosecha lo que ha sembrado, más aun,no firmar un tratado que beneficiería al mundo entero en relación a la contaminación ambiental que China tuvo iniciativa.

Al escuchar el himno nacional del Perú,los peruanos que sabemos lo hermoso que es nuestra tierra y los que nos damos cuenta que el el lugar donde nacimos,crecemos y nos desarrollamos es nuestro hogar. las calles sucias, basura por doquier. Los cuidadanos nos quejamos peor también debemos ser conscientes que nos tenemos que esperar que el gobierno solucione nuestos problemas económicos y menos los sociales, debemos empezar por nuestras casas, dar un buen aspecto. En lo más minimo como tirar un papel al suelo en masa es muy grande.

Sin embargo, al caminar por el centro de lima se siente una pequeña impotencia al no encontrar ningun tacho de basura y para contrarrestar esta realidad cada vez que tengo que botar una envoltura u otro objeto lo lleno en una bolsa plastica y lo pongo en mi mochila y en la noche, al llegar a casa, lo hecho al tacho.

El Perú es nuestro, señores. Cuidémoslo y verémos el significante cambio que nuestras calles tendrán. Somos libres y libremos al Perú de nuestra indiferencia.

jueves, octubre 05, 2006

Reducción de sueldo (opinión).

Desde que el vocal Enrique Palacios Villar fué filmado in-fraganti con cuatrocientos soles por parte del policia(.) en retiro para apresurar su juicio, la reputación del Poder Judicial está más decaído de lo que ya se encontraba.
Esto ha llevado a que el vocal, que dió inicio a toda este embrollo, sea encarcelado en el penal de reos primarios "San Jorge" donde, dicho sea de paso, los presos gozan de privilegios carcelarios como servicios higiénicos limpios, televisores y radio por los cuales se enteran de las noticias,ha puesto en tela d ejuecio la eficiencia de nuestor poder judicial. y ¿que sucede con los tantos juicios de corrupción del gobierno de alberto fujimori y alejandro toledo? ¿estaràn bien llevados por jueces honestos? ¿que juez ha tomado el caso de la extradición de fujimor?.
alberto fujimoro, conociendo las leyes chilenas, supo que no podía ser extraditado por ese país. y espera que pase el tiempo para que su juicio prescriba (6 años), tal como hizo el actual prsidente de la república, Alan garcía Perez, cuando permeneció en Europa por más de 10 años.

miércoles, octubre 04, 2006

Acerca de Telefónica de Perù (opinión)


Mucho se habla de la gran ayuda que, supuestamente, Telefónica del Perú da a los peruanos. En primer lugar, alguna vez leí que la verdadera nacionalidad de la mencionada compañia no es española, sino americana (EEUU), pero muchos usuarios creen que no es así.
Telefónica del Perú, como empresa "monopólica", es de suponer que ha tomado cartas en el asunto y se vió obligada a, predeciendo que cada nuevo gobierno de turno toma a Telefónica como bandera de campaña para hacer demagógia, apoyar a algunos candidatos para poner al congreso en una disputa.
Ese término de contrato: "Cargo por Conexión", tiene la respuesta en el concepto mismo. El servicio de agua y luz, que son más fundamentales que la telefonía, no cobran mensualmente por conexión porque cada casa, a nivel nacional, es conectada a los desagües y los peruanos sólo hacemos el pago mensual conforme a cuánta luz o agua usamos.

Este tema ha llegado a separar ideológicamente a los políticos y olvidar los objetivos por los cuales ellos fueron elegidos: sacar al país adelante y dar beneficios a todos los peruanos. y pararece que hayan olvidado éste ultimo encargo.
Algo que siempre me ha contrariado al usar el teléfono de mi casa es por qué cuando no se usa al completo lo permitido en llamadas de cada mes, no se acumulaba para el próximo, y las distintas tarjetas(147) salen las llamadas hasta el triple del costo normal.

A esto se suma el descuido de mantenimiento de Telefónica a los telefónos públicos que "tragan" monedas por doquier.

No se trata de asustar a la inversión privada, pero sí que las empresas que tienen toda la libertad de inversión en suelo peruano, sean más conscientes al poner las reglas de juego al país en donde han puesto su confianza.

La publicidad "carmelina", como crítica en publicidad, nos presenta una realidad "ficticia" que, además, no se sabe, a simple vista, qué producto están promocionando: si el Internet, la linea telefónica o el diseño de modas, entre otras más como la fotografía, aunque todos estos servicios, a excepción del diseño de modas, son vendidos por Telefónica del Perú.