viernes, junio 06, 2008

El PISCO NOS HACE HABLAR Y RECORDAR COSAS DE MÁS

Era la segunda vez que iba a la tierra de mis padres en Huancavelica y llevé lo que probablemente nadie había probado antes: una botella de pisco. Nos asentamos en casa de mi abuela materna y al ser relativamente conocido en el pueblo, los vecinos venían a saludarnos trayendo una bolsa o un costal de papa, maíz, habas u otros presentes como muestra de su aprecio a la familia. Y a cada persona que llegaba a la casa, como era tradición, se le invitaba un plato de comida. Esta vez no estuvimos preparados y decidí que sería una buena idea invitarles una copita de pisco.

De repente la primera impresión era que estábamos rompiendo la tradición al no agradecer el gesto con una trucha frita o algunos otros potajes, pero al beber el pisco cambiaban de parecer y elogiaban el licor, más aún cuando le contábamos cómo se hacía. Todos pedían repetición y según la cercanía a la familia se le daba.

Los pobladores de Huancavelica me hicieron ver, con tantas preguntas, que no conocía lo suficiente Hasta ese momento yo solo consumía pisco sin conocer la amplia diversidad de su preparación, sus combinaciones y sus beneficios a la salud.

Este fue el primer recuerdo que rescate al ver la botella de pisco frente a mi. Las miradas atónitas de los huancavelicanos al escuchar lo poco que conocía, pero lo suficiente para que lo comparen con el cañazo o el calentado.

Las butifarras me remembran a una de las pocas ocasiones que mi familia coincidimos en llegar a casa, y preparamos un lonche inolvidable. Recuerdo que aquella tarde los hijos planteamos nuestras metas, y recibimos palabras de aliento y el apoyo incondicional de nuestros padres en nuestras decisiones.

Al igual que yo era una mesa y todos estábamos alrededor de ella y en lugar de una botella de pisco y con los compañeros del taller teníamos café con leche y estábamos en familia. Y aunque en esta oportunidad nadie refutó ser la persona quien recoja las servilletas y migajas sobre la mesa, nadie me quitará esa experiencia que guardo en mi mente, y que sin lugar a duda se deja a un lado por el trajín de todos los días lo que se conversó trajo que hoy esté a punto de terminar la carrera de periodismo y la de Inglés e iniciar la carrera de Derecho el próximo año.

Estoy seguro que situaciones como esta a todos nos trae diversas escenas agradables en nuestras vidas, una especie de d`javú, pero al lado de nuestros seres queridos o amistades y que por vergüenza a la burla y las risas no lo decimos y preferimos hacer de cuenta que no pasó nada o simplemente lo dejamos pasar por alto.

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